Las buscarás, en el ojo de la extraña, a las que sabes en el agua.
Paul Celan, En egipto
yo elegí emparedar la carne de tu amor para consolar el hambre eterna de las piedras. quise encajar tu cuerpo entre los muros de esta torre inderribable. y grabé la marca del silencio en tus labios, caterina, y tapié sus orificios. y cuando las grietas escupan la leche seca de tus pechos polvorientos, beberemos. beberemos insaciables hasta colmar la última gota.
Moradores del polvo azul
La muerte nos ha abandonado
Vale que nosotros también
Hemos abandonado
Las naciones del olvido
Y los espacios de la nada
Tan sucios como el desahucio
Nos han tendido un puente
Compañeros de la fiebre
toma esta torpe solución
de lágrimas diluidas en palabras
toma el extravío y el desamparo
y repártelos entre las cuatro paredes
de este nido de gusanos
jueves, 9 de junio de 2016
Y si la vista es el vehículo de la belleza y la belleza es el amor, el espejo en el que me miro (y yo me miro en ti) es su perpetuación. Soy posesión del furor o manía de divinidades.