yo elegí emparedar la carne de tu amor para consolar el hambre eterna de las piedras. quise encajar tu cuerpo entre los muros de esta torre inderribable. y grabé la marca del silencio en tus labios, caterina, y tapié sus orificios. y cuando las grietas escupan la leche seca de tus pechos polvorientos, beberemos. beberemos insaciables hasta colmar la última gota.
Dice que aburrió a la muerte a base de invocarla.
ResponderEliminarCreo que últimamente centramos nuestra atención primordialmente en lo que ocurre en nuestro interior. No se trata de las situaciones que vives, nos decimos, sino de tu forma de reaccionar y enfrentarte a ellas. La responsabilidad de ser como somos, somos nosotros mismos, no hay excusas, tienes que ser fuerte. Pero eso de lo de ser fuerte para sobrevivir a mí me suena mucho a película. Nos decimos esto porque volver la espalda a la la lucha es mucho más fácil, es mucho más fácil buscar la solución en nosotros mismos y decirnos cada día que somos fuertes para no tener que reconocer nuestra cobardía.
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