sábado, 15 de octubre de 2016

Envíeme pues al fuego, que iré como a una fiesta. c'est trop Tengo un cuerpo así: como un órgano de iglesia. Eso es vodka. ¿Vodka? Pues vodka. Para mí, padrecito, todo lo que se echa en vasos se puede beber. O sea que se me ha abierto un agujero que quiere tragárselo todo. ¿Quéeeee? ¿Sentido moral? ¿Y qué licor es ése? ¿De qué frutas? ¡Hum! ¿la cara? Diga mejor que es un hocico, o unos morros, pero cara, no, ¡no diga que eso es una cara, que me subleva!

3 comentarios:

  1. El capítulo 3 de Black Mirror banaliza nuestra representatividad. La de todos, la de masa desprestigiada. Si nos dejamos manipular, si nos desjamos caracterizar de esa forma, aceptaremos el vaticicinio de nuestra decadencia. Viva el reggaeton, el pop, el sacrcasamo que se cuela. Viva la conciencia de clases y la reivindicacion de los derechos del ser humano. Nucan dejéis de verlas, pero sed críticos con discursos que roban nuestra legetimidad y justifican nuestra manipulación. Que está la confusión al orden creativo del día y los discursos son un cuadro, un paisaje, que nos imaponen como nuestro y no lo es. Porque no vives en un jardín, vives en una chavola. Construyamos un discruso, con valores. Que si estamos jodidos les disparemos la razones a la cara, que no lo estamos porque sí, lo estamos por ellos. Están intentando identificarte con una posición a la que no quieren que aspires, quieren que busques, la ceptación pero nunca la verad. Que renuncio a sus valores.

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  2. Reíd reíd de mí
    hombres de todas partes sobre todo gentes de aquí
    porque hay tantas cosas que no me atrevo a decir
    tantas cosas que no me dejaríais decir
    tened piedad de mí

    La linda pelirroja. Apollinaire.

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